martes, 27 de julio de 2010

II FORMACIÓN DE DOULAS


Feliz verano a tod@s!!
Os informamos que ya están abiertas las matrículas para la Segunda Formación de Doulas en la provincia de Alicante.
La realizaremos en Villena, en el centro Ghanesa, un lugar muy acogedor e íntimo.
Los criterios y la filosofia de la organización es; combinar la formación necesaria para conocer todo lo que envuelve esta nueva etapa de la vida, con muchas experiencias y vivencias personales para nuestro crecimiento personal propio, pues creemos que la información es necesaria, pero la vivencia lo es más. Y trabajando nuestros miedos y nuestra propia historia de vida, estaremos más disponibles a enfrentarnos y acompañar a las de las demás personas.

PARA ACCEDER A LA PROGRAMACIÓN DE LA FORMACIÓN PINCHA AQUÍ
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lunes, 19 de julio de 2010

ALBERGAR UNA NUEVA VIDA


Continuar la especie es una necesidad natural para que nuestra raza no se extinga y tener un hijo ha sido, durante mucho tiempo, la mayor aspiración de muchas mujeres. Pero hoy en día las cosas han cambiado, algunas mujeres lo tienen muy claro y por decisión propia no quieren ser madres, es algo que no contemplan en sus prioridades, en su elección de vida. Y como tal, es respetable. Pero vamos hacia el lado opuesto, hacia el lado en que una mujer decide ser madre… y no puede concebir.

Parece algo muy sencillo: un hombre y una mujer tienen relaciones sexuales en una supuesta etapa fértil y se produce un embarazo. Pero entre el óvulo y el espermatozoide debe de darse, también, una especial conexión, una química que va más allá de lo puramente físico. Se produce una elección teniendo en cuenta todos los factores sistémicos, genéticos, de herencia, de las condiciones emocionales. El cuerpo tiene una memoria celular y el útero de la mujer almacena lo ocurrido a las mujeres de la familia a través de varias generaciones, lo relacionado con el embarazo y el parto. Esto es, también existe una memoria uterina.

Por eso, desde mi entender, creo que en estos tiempos que vivimos no resulta siempre tan fácil. Y que son muchos los factores que influyen para que el embarazo se produzca y llegue a buen término, a un nacimiento feliz.

Para empezar y creo que es un factor a tener en cuenta, algunas mujeres empiezan a plantearse la maternidad como una opción… después de haber priorizado otras muchas cosas. Así llegan a cierta edad en que, aunque algunos médicos digan que no pasa nada, el cuerpo ya no está tan preparado como cuando era más joven. No es lo mismo concebir con 25 años que con 35, y eso, digan lo que digan las clínicas de fertilización, es una realidad.

Plantearse por qué se quiere tener un hijo y saber lo que ello comporta, es algo que debería ser “obligatorio”. Son muchos los casos en que se quiere tener hijos porque toca, porque los años pasan y “se les pasa el arroz”. Mujeres que se sienten presionadas por su familia, por su propia madre… Mujeres que no lo desean pero que consienten ser madres porque a su pareja “le apetece”. Mujeres que ven peligrar su relación de pareja y creen que si se quedan embarazadas salvarán la situación. Mujeres sometidas a un alto nivel de estrés, casi siempre a causa del trabajo… Y mujeres que aún teniendo un gran deseo de ser madres, no lo consiguen.

Creo que si desde lo más profundo del ser no hay un convencimiento, puede que el embarazo no se produzca. La naturaleza siempre demuestra ser más sabia que la mente racional de las personas… Por ejemplo, somos desconocedoras de la cantidad de toxinas que acumulamos en nuestro cuerpo a lo largo de los años y que, de algún modo, también dificultan la fecundación y/o la anidación. Algo tan simple como una limpieza del organismo, una desintoxicación durante un breve tiempo, puede dar lugar a un cuerpo limpio y preparado para recibir la semilla.

Y creo, también, que no debemos de olvidar nuestro lado emocional ya que son muchos los bloqueos que pueden dar lugar a una inhibición de la ovulación, a una incapacidad para la fecundación. Para mí, puede ser causa de muchos de los fracasos a la hora de concebir hoy en día.

Vidas intrauterinas vividas en desamparo, infancias heridas vividas en soledad, adolescencias acalladas y expresiones mutiladas… Heridas ancestrales que niegan la femineidad, que rechazan el propio cuerpo, la represión de la propia sexualidad, el rechazo a la menstruación; las desconexiones con la tierra y con los ciclos naturales de la mujer; los miedos a estar conectadas, a ser conscientes; las existencias superficiales y estresadas…Mujeres con profundas heridas sistémicas, con recónditos odios hacia la misma madre, con inmensa rabia contenida, con temores y con miedos tan ocultos que le impiden vivir y disfrutar de lo que la propia Vida les ofrece, mujeres con tantas heridas que el mismo cuerpo se cierra ante la posibilidad de albergar una vida…

Claro que generalmente no somos conscientes de lo que sucede. Y son muchas las mujeres que se empeñan en quedarse embarazadas a pesar de todas las dificultades sin saber, sin pararse a pensar que posiblemente con una limpieza del organismo y una sanación de su vida emocional, facilitarían el camino.

En una ocasión, una mujer de 42 años me comentaba que tenía una buena vida profesional, que había vivido muy bien y que se había planteado ser madre porque le gustaban los niños y creía que era amorosa. En cambio, albergaba un odio profundo hacia su madre y no entraba en sus planes la posibilidad de entender… de perdonar… Llevaba varios años intentando quedarse embarazada y estaba muy frustrada porque no lo conseguía. Expresaba una gran rabia hacia la Vida porque no le concedía a ella lo que más quería y en cambio, según su criterio, algunos niños nacían en hogares donde no eran bien atendidos o de madres que nos los deseaban. Le comenté la posibilidad de comenzar una terapia para sanar sus heridas y entender que, cada cual tiene su historia y de nada sirve comparar. No quiso contemplar esa opción, iba a luchar con todas sus fuerzas para conseguirlo aunque fuera a través de una fertilización in vitro. Al final, le dije que intentara relajarse aceptando la realidad y desde ahí podía ser que se produjera “el milagro”. Sólo que en este caso, el tiempo corría en su contra. No sé cómo habrá quedado.

Cierto es que en ocasiones sabemos de malos tratos a niños, de guerras donde los niños mueren, de familias desestructuradas donde los niños son víctimas, de violaciones… y de tantas barbaridades que no llegamos a comprender y nos negamos a aceptar el hecho de que esas madres hayan podido engendrar y parir, y otras con muchas mejores condiciones no lo consiguen.

No me toca a mí analizar, ni juzgar. Cada cual es portador de su propia historia personal, familiar y eso va más allá de toda racionalización. Cada mujer en su intento de ser madre, es la que debería mirar hacia adentro y averiguar qué pasa con ella, con su cuerpo, cuáles son sus bloqueos y cómo puede hacer para solucionarlos. Y esto -que yo sepa- no lo dicen en los programas de fertilización porque trasciende más allá de intereses económicos.

Todas conocemos de mujeres que una vez han aceptado su realidad, incluso habiendo desistido de ser madres, se quedan embarazadas. Otras que estando a punto de comenzar un tratamiento deciden emprender un viaje de placer y vuelven con el embrión en su cuerpo. Y otras, algunas que personalmente conozco, se han quedado embarazadas tras una terapia, una curación a nivel profundo después de cerrar sus heridas y haber sanado a su niña herida, ésa que todavía estaba por “crecer”, ésa que en su emoción todavía era la niña necesitada… y por lo tanto no estaba preparada para ser madre.

Quiero terminar diciendo que, tan sólo soy una mujer observadora, curiosa, estudiosa y amante de la Vida. Y me apoyo en lo que leo, en lo que veo y escucho, en mis experiencias y en los estudios que he realizado para completar mi formación.

Es posible que no esté en posesión de la Verdad ni lo pretendo. Pero expongo esto porque son mis reflexiones y porque creo que hay tantas verdades como personas en el mundo, y ésta es la mía.

Con Amor.

Dejar llorar a un bebé

De la lista de correos de lacmat, alguien pide Estudios científicos acerca de los daños que ocasiona dejar llorar a un bebé... Y no me puedo resistir a guardarme aquí (para no perderla entre tanto mail), la excelente respuesta que escribe el pediatra Carlos González:

**Las imágenes son de Lisa Hurwitz.

Pero, ¿qué quiere decir "daños al bebé"?
Hay un daño obvio: el bebé está llorando. Eso es un daño en sí mismo, no necesito más. Existen docenas de estudios sobre diversos métodos de analgesia en bebés (por ejemplo, para hacerles la circuncisión o alguna otra prueba o intervención dolorosa). En esos estudios, para saber qué método fue más eficaz, se mide la duración del llanto (además de la frecuencia cardiaca y otros parámetros). Hay científicos que estudian la manera de conseguir que los bebés no lloren, porque saben que el llanto es la prueba de que están sufriendo y que la disminución del llanto es la prueba de que has aliviado ese sufrimiento.

Por ejemplo: el azúcar tiene un efecto analgésico en bebés menores de 30 días a los que se sonda la vejiga: www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16636358

la aplicación de crema EMLA (lidocaína) disminuye el llanto en bebés a los que se circuncida: www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/10796371

por supuesto, la duración del llanto es muchísimo menor con lactancia materna que con el azúcar en bebés a los que se hace un pinchazo en el talón: www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18762508

Me pregunto qué pensarían esos especialiastas de hospitales de todo el mundo si les dijeran que sus estudios son una pérdida de tiempo, porque llorar es bueno para los bebés y no les hace ningún daño.

Aparte de ese daño inmediato y obvio: "si le dejo llorar, llora más, y por lo tanto dejarle llorar es malo", ¿qué más daño queremos buscar? ¿Qué llorar produce diabetes, cáncer, alergia...? Pues lo dudo mucho. ¿Qué llorar produce "trauma psicológico para toda la vida"? Pues lo dudo bastante. De hecho, espero que no lo produzca... porque todos los niños lloran, hagas lo que hagas. Y en todo caso no conozco ningún estudio que relacione el haber llorado más o menos, o el haber sido estivillizado, con consecuencias concretas.

Sí, claro hay teorías, opiniones... pero no estudios.Y tenemos que ser consecuentes. Si un psicólogo me dice: "yo he visto un niño (o muchos niños) con depresión / inseguridad / angustia / lo que sea" porque durmió en la cama de sus padres / porque tomó el pecho demasiado tiempo", no me lo creo. Bueno, me creo que ha visto a ese niño, no pero no me creo que lo uno sea causa de lo otro. Para creerme tal cosa exigiría primero uno o mejor varios estudios de casos y controles ("entre 100 niños con depresión había más que habían dormido con los padres que entre 100 controles sanos"), y luego uno o varios estudios aleatorios prospectivos (1000 niños que duermen con los padres y 1000 niños que duermen solos, seguidos durante varios años para diagnosticar cualquier posible problema...). Tendrían que ser aleatorios, porque un estudio puramente observacional no descarta que cierta clase social es más propensa a ciertas conductas que otra, o que a los bebés que les dejan ir a la cama de sus padres desde pequeños es porque ya dormían peor, y tal vez ya tenían problemas desde que nacieron...


Pues lo mismo. Si un psicólogo me dice: "yo he visto un niño (o muchos niños) con depresión / inseguridad / angustia / lo que sea porque le dejaron llorar / estivillizaron", tampoco me lo creo. Me tiene que enseñar los estudios: primero, ¿seguro que hay realmente una asociación, en estudios de casos y controles, entre el hecho de tener más angustia a los 10 años y el hecho de haber sido estivillizado? Y, si es así, ¿puede ser porque ese niño ya tenía más angustia desde que nació, y por eso lloraba y se despertaba más que los otros niños y era más difícil de consolar, y por eso sus desesperados padres recurrieron al método? Necesito estudios prospectivos y aleatorios para responder a eso.

En todo caso, no me importa si existen o no existen tales consecuencias. Es decir, lamentaría mucho que existieran tales consecuencias, y espero, por el bien de los niños, que no existan; pero en todo caso eso no va a cambiar mi postura ética ante el llanto de los niños. Si infinitos estudios científicos demostraran que dejar llorar a los niños no les produce ninguna secuela psicológica, o incluso que les produce algún beneficio a largo plazo, seguiría sin dejarles llorar. Imaginad que se demostrase mediante estudios científicos que torturar a un adulto o violar a una mujer no tiene ninguna secuela psicológica a los diez años. Imaginad incluso que se demuestra que tiene alguna ventaja: que los detenidos torturados o las mujeres violadas se vuelven más seguros de sí mismos, o tienen más tendencia a ir a la universidad y encontrar mejores empleos, o que se vuelven más sensibles al dolor ajeno y se convierten en mejores padres... ¿significaría eso que torturar y violar "no es malo"? ¿Nos gustaría que nos torturasen y violasen, a nosotros o a nuestros hijos, pensando que "es por su bien" o "les hará mejores personas"? ¿Nos llegarían a decir: "eres un mal padre, porque no has torturado a tus hijos, y por tu culpa no irán a la universidad y tendrán un empleo peor"?

Saludos
Carlos González

Más información en: www.cuatroenlacama.com

viernes, 16 de julio de 2010

II Concurso de fotografía de Lactancia Materna. Baza 2010

Os animamos a participar en este modesto concurso pero lanzado ya por segunda vez con mucha ilusión.

domingo, 11 de julio de 2010

La música y el Desarrollo Cerebral Infantil

Los primeros tres años de la vida de un niño representan un periodo importante en el futuro de todo individuo, ya que allí se establece esa relación especial entre padres e hijos llamada “apego”, la música puede contribuir a fortalecer este vínculo y lograr que se convierta en una relación sana y operativa. En todo el mundo, cuando los padres le hablan a sus hijos pequeños, ajustan sus voces para hacerlas más suaves, más rítmicas, más musicales.

La música puede ser un vehículo para el desarrollo integral del niño que abarque las áreas cognitiva, social, emocional, afectiva, motora, del lenguaje, así como de la capacidad de lectura y escritura.


La Música y sus orígenes
La música es un medio de expresión universal, se cree que sus orígenes se relacionan con la propia voz del hombre. Los primeros instrumentos musicales aparecieron hacia el año 2500 a.C., en la cultura egipcia. En la Grecia y Roma antiguas, alrededor del siglo v a.C., la música fue esencialmente vocal, e hizo uso de instrumentos de percusión, de cuerda y de viento. Alrededor del siglo v d.C., la era cristiana trajo consigo la aparición de cantos litúrgicos. En la Edad Media aparecieron los cantos gregorianos como la manifestación musical más importante de la época. En los siglos XVII y XVIII apareció la ópera, que con la música instrumental y los grandes compositores de música clásica (Vivaldi, Beethoven, Schubert, Brahms, Mozart y otros), representaron la madurez de la música.

En los siglos XIX y XX se produjo una ampliación y perfeccionamiento de los diferentes instrumentos musicales. La música comenzó a utilizarse como método terapéutico especialmente en la segunda mitad del siglo XX, debido al reconocimiento de sus efectos sobre el estado afectivo y de atención de los individuos.


El Cerebro
El cerebro humano constituye el órgano más importante y de mayor complejidad del sistema nervioso, es un órgano que durante la infancia sufre cambios madurativos y que es altamente sensible a los estímulos externos. Anatómicamente lo podemos dividir en dos hemisferios (derecho e izquierdo), cada uno con características funcionales diferentes y especiales, compuestos por lóbulos y cubiertos por una estructura denominada corteza cerebral en la cual se encuentran las áreas del desarrollo humano.

Los estudios neuroanatómicos han demostrado que el hemisferio izquierdo se especializa en el procesamiento del lenguaje y el hemisferio derecho en la percepción y procesamiento de la música.

El cerebro humano funciona por medio de conexiones (sinapsis) que realizan las células cerebrales denominadas neuronas y que son las encargadas de transmitir el impulso nervioso que determina nuestra conducta.

El cerebro humano presenta una alta capacidad de aprendizaje y posee la propiedad de funcionar en situaciones extremas o de déficit tanto orgánicos como funcionales, esta capacidad se denomina plasticidad cerebral.


El efecto “Mozart” y el efecto “Tomatis”
A mediados del siglo XX, un médico otorrinolaringólogo francés Alfred Tomatis, inició una propuesta de rehabilitación dirigida a personas con dificultades auditivas o de lenguaje.

Su programa terapéutico consistía en la estimulación musical a través de escuchar piezas de Mozart y otros compositores clásicos, obteniendo cambios positivos en la rehabilitación del lenguaje y en el desarrollo del habla, a este efecto se le ha denominado “efecto Tomatis”. Asimismo este eminente médico, elaboró un nuevo modelo de crecimiento y desarrollo del oído humano y reconoció que el feto escucha sonidos dentro del útero materno (tales como los movimientos de la digestión, los ritmos cardíacos y la respiración de la madre). Observó también que el recién nacido se relaja cuando oye la voz de la madre.

En 1993, Rauscher y colaboradores de la Universidad de California, publicaron los resultados obtenidos en una investigación realizada con grupos de estudiantes universitarios, a quienes se les expuso a escuchar durante 10 minutos una sonata de Mozart, logrando puntuaciones altas en las pruebas de habilidades visuoespaciales y cognitivas en general, así como un incremento transitorio del cociente intelectual. A este hallazgo se le denominó “efecto Mozart”.

Estudios posteriores han demostrado que el escuchar música de Mozart desencadena cambios de conducta (en relación a estados de alerta y calma), afectividad (induce estados emotivos) y metabólicos (aumento del contenido de calcio y dopamina en el cerebro).


La música y sus efectos en el desarrollo del cerebro
Las investigaciones que se han referido al efecto de la música sobre el cerebro infantil, han coincidido en que ésta provoca una activación de la corteza cerebral, específicamente las zonas frontal y occipital, implicadas en el procesamiento espaciotemporal.

Asimismo al evaluar los efectos de la música a través de registros de electroencefalogramas, se ha encontrado que la música origina una actividad eléctrica cerebral tipo alfa. Todo lo anterior se traduce en lo siguiente: la música (sobre todo la música clásica, de Mozart) provoca:


• Aumento en la capacidad de memoria, atención y concentración de los niños.
• Mejora la habilidad para resolver problemas matemáticos y de razonamiento complejos.
• Es una manera de expresarse.
• Introduce a los niños a los sonidos y significados de las palabras y fortalece el aprendizaje.
• Brinda la oportunidad para que los niños interactuen entre sí y con los adultos.
• Estimula la creatividad y la imaginación infantil.
• Al combinarse con el baile, estimula los sentidos, el equilibrio, y el desarrollo muscular.
• Provoca la evocación de recuerdos e imágenes con lo cual se enriquece el intelecto.
• Estimula el desarrollo integral del niño, al actuar sobre todas las áreas del desarrollo.

Para concluir sólo resto decir que la música representa un papel importante en el proceso enseñanza aprendizaje de los alumnos (sobre todo los de educación inicial), por lo tanto, los maestros, las instituciones educativas, los padres y el personal de salud, deben conocer los alcances y beneficios que se derivan del empleo de la música como parte importante de la educación integral del menor.

miércoles, 7 de julio de 2010

Las caras de la maternidad

Nueve mujeres relatan cómo se vive la experiencia de dar a luz y criar a un hijo en países tan diversos como Noruega o Afganistán


Quedarse embarazada, dar a luz y criar a un hijo. Un proceso tan antiguo como la humanidad es tan distinto según el lugar del mundo en el que una mujer viva que lo que aquí puede preocupar -tener un parto natural en vez de inducido, cómo compaginar la crianza y el trabajo, la guardería donde llevar al niño- ni siquiera está en cuestión en lugares donde lo primero es sobrevivir.

Las mujeres entrevistadas aquí ponen cara y vida al retrato esbozado hace un mes con los datos de la clasificación anual que elabora Save the Children, con los mejores y peores países para ser madre. La ONG se basa en datos como la salud materno-infantil, el nivel de educación, el acceso a métodos anticonceptivos, las medidas de conciliación o la representación política femenina de 160 países para elaborar su informe.

Desde Afganistán, el peor lugar del mundo según el ranking de este año, donde la joven Raihana no pudo ni acudir al médico cuando perdió un embarazo por una caída; hasta Noruega, el primero, donde Silje aprovechó su año de baja maternal para viajar con su marido y su hijo; o Cuba, donde Judith tiene leche subvencionada hasta que su niña cumpla los siete años pero necesita dos meses de sueldo para comprarle unas sandalias, EL PAÍS intenta ofrecer una pequeña muestra de esta experiencia tan diversa.

AFGANISTÁN | Sin salir ni para ir al médico

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Raihana, de 20 años, dio a luz a su primer hijo en casa, y al segundo, que se presentó con complicaciones, en casa de la matrona. Decisiones como seguir estudiando o usar anticonceptivos dependen de su suegra. Las ONG que trabajan en el país tratan de vencer las resistencias para que las mujeres tengan atención sanitaria durante el parto.

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CECILIA JAN

CHINA | "En Pekín es muy caro dar a luz"

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En un país sin sistema gratuito de salud, Peng Lili, que trabajaba en una fábrica de la capital todos los días de la semana, volvió a su pueblo natal para parir. Pese a la política de hijo único, la mujer no usa métodos anticonceptivos y vuelve a estar embarazada.

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JOSE REINOSO

ESPAÑA | "Es complicado cuando no tienes una familia de la que tirar"

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Pilar Guerrero tuvo problemas en su trabajo por pedir una reducción de jornada para poder seguir dando el pecho a su bebé. Las escasas medidas de conciliación obligan a las españolas a hacer malabarismos para compaginar trabajo e hijos.

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C. J.

IRÁN | "Ni la sociedad ni el Estado nos ayudan lo suficiente"

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Artemis Razmipour, que compaginó sus estudios universitarios con el nacimiento y la crianza de su hija, se ha beneficiado de los avances en salud materno-infantil de las dos últimas décadas, pero cree que ahora son necesarias políticas de conciliación.

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ÁNGELES ESPINOSA

CUBA | Leche garantizada hasta los siete años

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Judith Carreño Viera es un ejemplo de las contradicciones que viven las madres en la isla: disfrutan de una atención sanitaria de alto nivel, con vacunas gratuitas y obligatorias, alimentos subvencionados, pero un simple paquete de pañales alcanza precios prohibitivos.

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MAURICIO VICENT

NORUEGA | "Tuvimos un año para disfrutar como familia"

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Silje Sigernes cree que la baja maternal de hasta 56 semanas, una de las más generosas, tiene la duración perfecta para que las mujeres no se queden descolgadas del mundo laboral. Sin embargo, las políticas de conciliación son un arma de doble filo, que perjudica a las noruegas a la hora de la contratación.

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C. J.

MOZAMBIQUE | "Pediremos dinero prestado para ir a una clínica"

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En un país con un riesgo de muerte materna de 1 de 45, Fátima Ibrahim Juma reconoce que tiene miedo al parto. En el octavo mes de embarazo, la joven, que se prepara para entrar en la universidad, aún no sabe si tendrá un niño o una niña.

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C. J.

EE UU | Soo dos meses de baja pagada

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A Christina Wurschy le hubiera gustado alargar su baja maternal, de solo dos meses. Pese a que las autoridades sanitarias recomiendan mantener la lactancia materna el primer medio año de vida, es muy difícil, en uno de los países con políticas de conciliación menos generosas del mundo desarrollado.

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YOLANDA MONGE

KENIA | "Animo a todos a tener niños"

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Pese a las dificultades de Agripina Bukhala, limpiadora en Nairobi, para criar sola a sus dos hijos, asegura que es una experiencia positiva. Bukhala perdió otro bebé que nació de nalgas por las complicaciones durante el parto.

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EL PAÍS