Cerca de 12.000 mujeres son arrestadas cada año en EE.UU. por amamantar a sus bebés en público, aunque dar el pecho sea un acto perfectamente legal por las leyes nacionales.
Ahora las mojigatas normas sobre indecencia vigentes en varios estados norteamericanos, que meten la lactancia natural en el mismo saco de, por ejemplo, el topless festivo, (y que llegan a censurar hasta los helados de leche materna) tendrán un némesis de cuatro ruedas que, como los camiones de la leche antiguos, hará sonar su campanilla por las calles en busca de madres que necesiten dar el pecho allí donde se encuentren.
La primera ciudad que ha visto circular este “camión de la leche 2.0” es Pittsburgh, Pennsylvania, gracias al buen hacer de Jill Miller, una profesora en la Escuela de Arte de la Universidad Carnegie Mellon que, gracias a las donaciones recibidas en Kickstarter, ha creado el vehículo con inteligencia, ironía y con la esperanza de iniciar un debate acerca de los derechos de las madres de dar el pecho donde les plazca.
El interior de la camioneta ofrece los instrumentos necesarios para realizar con comodidad el acto alimenticio, mientras que el exterior está pintado simulando un camión de los helados y coronado con una soberana teta que deje bien claro (para la mayoría) su función.
El vehículo operará por ahora en la ciudad durante la Bienal de Pittsburgh, desde el 17 de septiembre a mediados de diciembre, y servirá a las madres lactantes a partir de lo que han llamado como “partes de enfermería”: si una mujer es molestada o recriminada por dar de mamar en público, puede mandar un SMS, un tweet o llamar por teléfono al camión de la leche, que acudirá raudo al lugar donde la mujer ha sido vilipendiada, poniéndose delante de los extrañados ojos de los acusadores, para que la madre pueda dar de mamar en ese mismo lugar.
Así la mujer alimenta a su bebé con la comodidad de un acogedora silla de diseño, mientras descansa sus pies en una suave alfombra y un dosel le da sombra; y el dueño del restaurante, el vecino del parque o el guardia de seguridad de turno se quedan reflexionando sobre el sentido de hacer que una mujer se sienta incómoda por hacer algo tan simple como es alimentar a su bebé.
La misión principal de este vehículo es ayudar a los niños hambrientos a comer, creando un entorno favorable para ello. Sin embargo, el camión de la leche también realiza rondas periódicas sobre una “ruta de bombeo”, para ofrecer un espacio privado y limpio a esas madres trabajadoras condenadas durante meses al yugo del saca-leches, para que puedan aliviarse con la extracción de leche materna en el trabajo.
Además, y debido a la demanda popular, el camión de la leche visitará las empresas con personal femenino que así se lo requieran, como el camión de Pascual que visita las granjas para traer todos los días a los niños la leche fresca que los hará crecer sanos y fuertes. Y en libertad.
1 comentario:
¡Ahhhh! ¡La "doble moral" de los americanos, hasta en esto se hace notar.
Con las tetas al aire deberían ir las madres a la hora de amamantar, como el otro día en Valencia ¡422 madres! amamantando al aire libre.
Pero la iniciativa me parece un paso importante, ya que al verse respaldadas, las madres no tendrán tanto temor para comenzar a mostrar en público algo tan natural como amamantar a sus hijos.
Y A quien no le guste, que no mire, señores.
Gracias por la entrada, amores.
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