raquel lópez
A este ritmo llegará un momento en que el cuerpo de la mujer haya
olvidado por completo que durante siglos fue capaz de dar a luz de forma
natural. Bien porque su centro hospitalario opte -a veces en demasiados
casos- por intervenir mediante cesárea; bien porque el parto es
provocado con medicación y anestesia que hacen que la intervención no
fluya igual, el caso es que las mujeres ya no paren como antes. Por eso
ya hay ginecólogos y matronas que crean asociaciones y foros donde
ofrecen información y atención para invertir esta tendencia. Las madres
que prueban a serlo como antaño también se han sumado a esta causa.
Dunia es una de ellas.
Con 36 años, esta española residente en
l'Alfàs del Pi dio a luz hace un mes en su casa, de pie, y asistida por
una matrona, a su hijo Ian, un bebé macrosómico (de gran tamaño) que
pesó 4,9 kilos. El parto fue, según madre y matrona, muy bueno. Tanto
que Dunia no solo volvería a hacerlo sino que quiere que su ejemplo
sirva para otras mujeres.
Era su segundo parto. En el primero,
provocado y en hospital, lo pasó mal. Esta vez se informó mejor y se
topó con mucha documentación sobre partos naturales, así como con
informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que alertan de
todos los graves riesgos que tienen las cesáreas tanto para el niño como
para la madre. En esas circunstancias, estaba cuando la citaron en el
hospital de La Vila Joiosa a monitores, en la semana 36, momento en que
arranca la cuenta atrás de las semanas previas al parto. Viendo que el
niño llegaba grande le indicaron que lo mejor era que regresara a los
cuatro días para una inducción al parto, pese a que no padecía ninguna
patología.
Pero Dunia no regresó. Pidió segundas opiniones y en base a
estas decidió esperar a que el momento llegara solo, y no tuviera que
realizar una cesárea. "Algo que cada vez se hace más pese a los riesgos
que conlleva para madre e hija, como alerta también la OMS".
Al mes
notó los síntomas, llamó a su matrona y, tras una noche de contracciones
en casa "en la postura y con la luz que me relajaba más", nació Ian con
ella de pie, agarrada a la barra de la ducha. "Nació cuando debía,
antes hubiera salido grande, pero inmaduro", afirma. Reconoce que sin
epidural hay más dolor, pero también que se pasa mejor durante el tiempo
de las contracciones.
Gema Méndez, la matrona que la atendió,
explica esta cuestión. "Mucha gente confunde el parto natural con
vaginal y no es lo mismo. En el hospital se suele poner a la mujer la
oxitocina, la hormona que provoca el parto, pero no es la propia de la
mujer, sino una oxitocina estándar que a veces genera demasiadas
contracciones o a un ritmo que no es adecuado ni para la madre ni para
el bebé". En cuanto a la falta de anestesia epidural, Méndez defiende
que evita que la mujer sienta y viva el proceso del nacimiento del hijo
de forma más consciente, y recuerda que se empezó a poner desde el
momento en que se empezó a dar a luz en hospitales en donde obligan a la
mujer a parir en una postura poco natural, como es estar tumbada boca
arriba.
Méndez, sin embargo, no reniega de los hospitales, en donde
ha de hacerse el seguimiento del embarazo. "Si en algún momento hubiera
visto que el parto fuera a dar problemas la hubiera trasladado al
hospital". Dice que tal circunstancia no es frecuente. Y es que el parto
de Dunia no es el único que ha realizado en el último año en la
provincia de Alicante. Ella y otros ginecólogos y matrona atienden a
mujeres que quieran dar a luz de forma natural en la Comunidad
Valenciana, atendiendo entre uno y dos casos al mes. "Asistimos partos
en casa o bien estamos con ellos durante todo el proceso de dilatación
en su casa, y cuando ya vemos que va a llegar, vamos al hospital para
evitar la cesárea u intervenciones".
El coste de este servicio
oscila entre los 1.800 y los 2.500 euros, y atienden a la mujer desde la
semana 36 hasta la 42, estando de guardia y controlando toda la
evolución, además de dar pautas de cara a la recuperación postparto. En
otros países europeos la opción de dar a luz asistido en casa por una
matrona está cubierto por la Seguridad Social. En sus servicios preparan
también a la mujer trabajando "el miedo, mostrando cómo enfrentarse al
parto fisiológico, haciendo que las mujeres entiendan que el cuerpo va a
funcionar, más de lo que ellas piensan. Tienen que sentirse seguras
para no bloquearse, lo que ocurre con frecuencia, sobre todo cuando les
provocan el parto".
Dos datos: El primero es que según los últimos
informes hechos públicos por la Conselleria de Sanidad sobre estudios
del seguimiento del embarazo, de la mitad de los partos asistidos en
hospitales de la Comunidad, un 55,8%, no fueron "normales" en 2011,
frente a un 44,2% que si lo fueron.
El segundo: Un estudio de la
Universidad de Alicante que compara el índice de mortalidad perinatal
entre partos asistidos en casa o en centros sanitarios de 1995 a 2009
refleja que el porcentaje apenas difiere entre ambos casos. En ese
tiempo hubo 23 muertes del feto o recién nacido (hasta las primeras 24
horas de vida) sobre un total de 14.614 partos únicos asistidos en
domicilio particular (1,57 muertes cada mil partos). El número en
centros fue de 7.548 sobre un total de 4.716.956 partos (1,60 muertes
cada mil partos).
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