martes, 3 de abril de 2012

Vall d'Hebron reduce un 75% los partos prematuros con el uso de una anilla

Los partos prematuros antes de las 34 semanas de embarazo pueden reducirse hasta en un 75% con el uso de una anilla, un pesario, de silicona que envuelve el cuello del útero de la embarazada. Es la enorme conclusión a la que han llegado en un estudio elaborado por la unidad de salud materno fetal de Vall d'Hebron en el que han participado otros cinco hospitales españoles, que ha financiado el Instituto Carlos III y que acaba de ser publicado en la revista médica The Lancet. La investigación española puede tener un gran impacto en la prevención de la prematuridad, en estos momentos el problema más acuciante en obstetricia, porque afecta al 10% de los embarazos.



Según la propia revista médica se calcula que en todo el mundo nacen prematuramente 13 millones de niños cada año y esos partos suponen unos gastos sanitarios posteriores, sobre todo por las muchas secuelas graves que pueden tener los pequeños. "En la ecografía de la semana 20, la que detecta malformaciones, hemos incorporado una ecografía vaginal que detecta si el cuello del útero es corto, menor de 25 milímetros", explica la obstetra Elena Carreras, que ha liderado el trabajo. "Entre las embarazadas que tienen un cérvix largo, sólo el 3% tiene un parto prematuro, pero entre las que lo tienen corto, el 26% se pone de parto espontáneamente antes de la semana 34", añade. Por ese motivo, la anilla, el pesario cervical, era una posibilidad interesante para controlar ese factor de riesgo tan contundente.

Se colocó el dispositivo a la mitad de las mujeres embarazadas participantes en el estudio y que tenían ese factor de riesgo -cuello del útero corto-. En total, 385 embarazadas atendidas en cinco hospitales españoles formaron parte de la investigación. El anillo frena la dilatación y además evita algunos de los síntomas por el peso de la barriga aunque provoca mayor flujo vaginal. "Eso retrajo a algunos equipos a estudiar su uso, por miedo a que esa secreción pudiera deberse a una infección o a otro motivo. Pero en nuestro estudio queda demostrado que no, solo es flujo", aclara la doctora Carreras.

El resultado es contundente: la gran mayoría de mujeres con embarazos equiparables en la longitud de su cuello uterino, en edad, en partos anteriores y otros factores, superaron las 34 semanas de gestación cuando llevaban el pesario. Sólo un 6% de los casos tuvo partos prematuros. Entre las que no lo llevaban, tuvieron a su hijo antes de las 34 semanas el 26%. Un 75% de diferencia.

Aunque el estudio solo pretendía establecer si el anillo reducía los nacimientos antes de la semana 34, los más arriesgados, también se ha visto que la cantidad de secuelas graves que acarrean los bebés nacidos tan precozmente se reducen drásticamente: los nacidos con pesario tuvieron problemas importantes (respiratorios, hemorragias cerebrales o retinopatías) en un 3% de casos. En el grupo de control, las secuelas aparecieron en el 16%. El pesario no sirve para evitar los partos prematuros por otras causas.

El parto prematuro es el problema principal de la perinatología actual y una de las causas más frecuentes de enfermedad y mortalidad entre neonatos en todo el mundo. Es la principal causa de muerte en el primer mes de vida: un prematuro tiene 180 veces más posibilidades de morir que un bebé nacido tras una gestación completa. Los autores del estudio advierten que, si bien es cierto que los avances tecnológicos y médicos han conseguido un aumento notable de la supervivencia de estos bebés, "las tasas de prematuridad no han variado prácticamente en los últimos años". Las complicaciones asociadas a la prematuridad siguen también invariables: dificultades de aprendizaje, parálisis cerebral, ceguera y otras secuelas respiratorias, visuales, auditivas, neurológicas o cognitivas que seguirán durante toda su vida.

Un invento de 38 euros

El dispositivo protagonista de este hallazgo fue un invento de un médico alemán que se dedicaba a diseñar y patentar otros pesarios, instrumentos que se colocan en la vagina por ejemplo, para prolapsos vaginales de de vejiga. Inventó este y su hija emprendió un estudio piloto que fue publicado en el 2003. “Y se quedó ahí. Nosotras le hicimos caso y hemos logrado el primer estudio randomizado mundial”, apunta Elena Carreras, líder del grupo de investigación. “Además cada pesario cuesta 38 euros y no piensan subirlo de precio. Los fabrica una organización alemana sin ánimo de lucro, llamada Fundación Clara Angela.

LO QUE SE HACE

Tras la ecografía en la que se detecta que hay un cuello de útero corto, se le coloca el anillo de silicona (semana 20 a 23). “Se hace en la consulta, sin anestesia, aunque ha de hacerlo una persona experta”, apunta Carreras. En el 14% de los casos el anillo se desplaza, pero se recoloca sin problemas. Se retira en la semana 37 del embarazo. Hace que aumente el flujo vaginal.

DATOS

Entre la semana 37 y 40 se considera un embarazo a término. El parto es normal

Entre la semana 34 y 37 se considera un parto prematuro tardío

Antes de la semana 34 es un parto prematuro precoz y, lógicamente, el que más riesgos tiene para el bebé.

Fuente; La vanguardia.com

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