miércoles, 26 de mayo de 2010

Angustia aprendida

La ansiedad y el estrés no afectan sólo a los adultos. También acechan a los más pequeños de la casa. De hecho, los niños tienen ahora 50 veces más probabilidades de padecer estas enfermedades que hace 15 años, según los últimos estudios. El grado de incidencia del estrés en el entorno infantil oscila entre el 9% y el 21%, indica Francisco Miguel Tobal, profesor de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, que ha realizado un estudio sobre esta cuestión. El precio de la vida moderna. Padres angustiados por la inseguridad laboral o un ritmo de vida competitivo; discusiones violentas en presencia del pequeño; ambientes ruidosos, muy calurosos o fríos; el hambre, el cólico del lactante o incluso unos pañales húmedos son algunos de los desencadenantes del estrés infantil. Una situación de estrés prolongada puede provocar trastornos físicos y alteraciones mentales; por ejemplo, una disminución de la memoria.


En la infancia, un estrés prolongado puede provocar trastornos físicos

Los bebés no hablan, ¿cómo diagnosticar el estrés? Una serie de alteraciones físicas y químicas lo facilita. Por ejemplo, un estrés duradero hace disminuir el sistema inmune. "Aparecen alergias o dermatitis, alteraciones del sistema digestivo (diarreas, estreñimiento), trastornos del sueño y del apetito", sostiene Francisco Miguel Tobal. "El bebé se siente inseguro y desconfiado, disminuye su capacidad de empatía con el entorno (no quiere interactuar y, por tanto, se aísla), desciende su estado de ánimo y permanece muy quieto", añade este experto.

El estrés aparece cuando el medio ambiente exige un esfuerzo de adaptación excesivo por parte del organismo. Cuando una persona está en tensión o siente un peligro, se disparan los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Las niñas lo exteriorizan sobre todo con ansiedad, y los niños, con agresividad, explica María Jesús Mardomingo, responsable de psiquiatría infantil del hospital Gregorio Marañón de Madrid.

Los pequeños son auténticas esponjas que absorben todo lo que sucede a su alrededor y sufren por ello, en especial cuando saltan chispas entre sus progenitores.

Una persona adulta puede manejar una situación estresante. Un bebé, no. Su cerebro aún no está suficientemente desarrollado. Tampoco tienen noción del tiempo. Es por eso que "cuando uno de los cuidadores sale del dormitorio, el crío piensa que nunca regresará, lo que le provoca ansiedad y temor", dice Francisco Miguel Tobal.

Las madres gestantes también deben tener cuidado. El estrés no sólo les perjudica a ellas, sino también al feto. Un estudio científico del Imperial College de Londres mostraba cómo las embarazadas en situaciones traumáticas graves o estresantes provocaban en el feto un aumento del cortisol a través de la placenta. ¿Consecuencias? Puede favorecer la aparición de un trastorno por déficit de atención e hiperactividad en el niño.

Fomentar el apego

A partir del parto, las interacciones de los cuidadores con el bebé son de suma importancia. Unos padres con trastornos pueden hacer que el niño desarrolle lo que se llama un vínculo desorganizado, que puede ser de dos tipos: inseguro y preocupado, o evitativo. Un caso extremo es el de una pareja que llegó traumatizada de un país en guerra, explica Margarita Puig, jefa de psicología del hospital maternoinfantil Sant Joan de Déu de Barcelona. "Por este motivo, en las unidades de neonatología colabora un psicólogo que ayuda a evitar desajustes de estos primeros ligámenes", afirma. Porque se debe tener muy en cuenta el apego, "esa capacidad instintiva del niño de buscar y vincularse a la figura cuidadora, y de hacerle signos para que le arregle el malestar que siente", añade Puig. "El bebé sabe que cuando está inquieto o se encuentra mal y llora y grita, el cuidador lo va a tranquilizar, y por ello le busca". El estrés de un recién nacido prematuro y la angustia de la madre tras el parto disminuyen considerablemente mediante el método canguro, que consiste en el contacto piel con piel con su madre o el padre.

Un niño con un vínculo organizado con sus padres es capaz de reclamar atención a los padres cuando se siente inquieto. Sabe que le responderán, y eso le tranquiliza. En cambio, el bebé que tiene un vínculo desorganizado de tipo inseguro y preocupado hace muchas manifestaciones y demandas, llora y grita mucho, porque el tipo de cuidado que recibe no lo tranquiliza y sigue ansioso y enganchado a la madre, dice Margarita Puig.

En el caso de que el niño sea evitativo, éste no hace signos de necesitar cuidados, el adulto puede llegar a pensar erróneamente que es muy independiente y dócil, cuando en realidad tiene un problema.

Estudios realizados en guarderías han demostrado que al regresar a casa, los niveles de cortisol disminuyen en los niños con un vínculo organizado, mientras que los niños con vínculo desorganizado tardan varias horas en estabilizar su nivel de estrés.

Precisamente el vínculo se activa en situaciones de peligro y es muy útil cuando un adulto habla a un pequeño durante una situación compartida. Por ejemplo, un bebé tropieza y el cuidador le dice "¡Uy! ¡Te has caído, qué pupa. Espera que la mamá te curará!". "Son frases que muchos decimos automáticamente y no son nada superficiales. A la criatura le sirven: los introducen en su lenguaje. Además construyen su voz interior con ellas y posteriormente son capaces de explicar un malestar gracias a ellas".

Está claro que durante los primeros meses de vida los niños requieren un ambiente tranquilo, sosegado y sin estímulos excesivos, que permita que duerman y coman bien. Y sobre todo se ha de cuidar la calidad emocional en el contacto con los adultos y los estímulos intelectuales que comienzan desde que el niño es pequeño a través del lenguaje de los padres, que va favoreciendo el desarrollo cognoscitivo e intelectual, concluye María Jesús Mardomingo.

lunes, 24 de mayo de 2010

EL PODER DEL PARTO























Recuperemos un antiguo tesoro, una memoria ancestral... en tu memoria celular está la información de cómo gozar de un maravilloso parto, no hay nada que aprender ¡sólo recordar!

Al igual que un jardinero, preparemos la tierra de nuestros corazones, fertilicemos, alimentemos y nutramos el terreno del respeto sagrado y la compasión, en el que nuestro hijo nacerá.

Cada niño/a es el reflejo de lo divino, cada nacimiento es una oportunidad que se nos brinda para aprender la lección única y enorme del amor.

Espero que te animes a compartir este bonito taller, espacio sagrado lleno de ternura sólo para tu disfrute.

Información e inscripción:
Alicia Conca 655 633 026 www.espaciolunaroja.es/

Facilita:
Mª José Mochón
dara_munay@hotmail.com
http://tuencuentroconlamaternidad.blogspot.com/
http://doulaporinternet.blogspot.com/

miércoles, 19 de mayo de 2010

MATRONAS: LA RECUPERACIÓN DEL PAPEL PERDIDO


“Probablemente la mayoría de vosotros sabéis que Estados Unidos ha sido el primer país en la historia que ha eliminado la profesión de comadrona.

LA ANIQUILACIÓN DE LA MATRONERÍA FUE UN EXPERIMENTO SOCIAL de carácter masivo que, durante un largo período, causó para las mujeres la pérdida de una fuente de conocimiento sobre las capacidades de sus propios cuerpos. Generaciones sucesivas de mujeres norteamericanas no creían que podían dar a luz sin fórceps, analgésicos, hospitales, doctores y episiotomías (…)

Por otra parte, ya nadie creía que la leche materna fuera buena, ya que muy pocos médicos sabían algo sobre la lactancia materna. Siguiendo los consejos de sus médicos, las mujeres muy obedientes, alimentaron a sus hijos con leche de vaca, creyendo que esta alimentación produciría niños más sanos que los niños alimentados con su propia leche (…).

Todos estos cambios radicales sucedieron en el mismo período en que las mujeres norteamericanas obtenían por primera vez el derecho de voto. De hecho la matronería había sido ya destruida en EEUU y Canadá antes de que las feministas se dieran cuenta de cuán importante era una matronería fuerte y autónoma para PROTEGER EL CONOCIMIENTO Y LA SABIDURÍA DE LAS MUJERES en cuánto a su capacidad de parir y amamantar”
Ina May Gaskin, comadrona

El 5 de mayo se celebra el Día Internacional de la Matrona, comadrona, partera, llevadora o los diferentes nombres de una labor tan antigua como la Humanidad, y es una fecha que sirve para recordar el trascendente papel de estas/estos profesionales –también hay hombres- y reivindicar la recuperación de su lugar en el parto que fue reduciéndose paulatinamente hasta desaparecer en el siglo XX en muchos lugares en los que ni siquiera existía formación específica de matronas.

Las matronas tradicionalmente eran consideradas mujeres sabias (sage-femme en francés) porque se trataba de mujeres de más edad y experiencia que ayudaban a otras mujeres a dar a la luz, desde la humildad, el respeto a la madre y el bebé, la intuición, la paciencia, la confianza en la mujer y en la Naturaleza y, por supuesto, con su experiencia acumulada.

Desde el siglo XVII, los médicos comenzaron poco a poco a atender a las parturientas imponiendo sus criterios y usurpando el papel de las comadronas en una desaparición paulatina de sus funciones hasta acabar siendo las meras ayudantes, apéndice del sistema obstétrico que es patriarcal e intervencionista, y eliminadas como profesión en algunos países desarrollados. De hecho, en España en algunas comunidades durante varios años no ha existido la especialidad de matronas.

Los estudios demuestran que los partos atendidos por matronas tienen la misma seguridad, incluso más, que los atendidos por médicos pero con menos intervenciones innecesarias: episiotomía, forceps, cesáreas, … Ellas, en su definición original, saben esperar pacientemente, empatizan más con la mujer y dejan que la Naturaleza siga su curso.

La función original de los médicos era solo intervenir en partos con patología, complicaciones, que son menos del 10% de los casos. Al dedicarse a atender también partos normales, no sólo se apropiaron del trabajo de las comadronas, sino que las formaron a su imagen y semejanza, con lo cual, como dice Michel Odent, cuando la mujer da a luz en un hospital está rodeada por tres hombres: el médico, el marido y la comadrona porque la formación determina completamente el tipo de atención.

“Hay que notar que la comadrona, en las actuales estructuras, forma parte del mundo médico. Ella aplica “la medicina”, que ha rechazado toda una experiencia femenina del nacimiento, de transmisión oral muy antigua, como rechaza lo que la mujer siente instintivamente como bueno para ella”
Dr. Bagros en “La revolución del nacimiento”

El restablecimiento del papel original de las matronas es imprescindible en el proceso de humanización del parto porque las mujeres, incluso informadas y conscientes, no lo pueden hacer solas.

Y en ese proceso están las matronas en la actualidad en muchos países del mundo: unas siguen abducidas por el sistema médico clásico reacio al cambio, otras están despertando -también junto con médicos- y descubriendo que su papel puede ser distinto, y muchas ya han recuperado su antiguo rol como vemos en el cortometraje “MOTHER OF MANY” (Madre de Muchas) dirigido por Emma Lazenby y que ha ganado un premio BAFTA.

“La celebración del Día Internacional de la Matrona es una forma de que las mujeres se unan al carro y luchen junto a los profesionales del sector por una mejor atención, igual que se unieron para tener partos de baja intervención y nosotros les hemos apoyado, así que ahora tendría que ser al contrario, que las mujeres reivindiquen la existencia de matronas en los centros donde no las haya. Es necesario que las mujeres conozcan bien lo que hacen las matronas por ellas”
María de los Ángeles Fernández, presidenta de La Asociación Andaluza de Matronas

Un ejemplo de la movilización de las matronas es el Libro Iniciativa Parto Normal, disponible en pdf, que la Federación de Matronas de España (FAME) elaboró en el 2008, junto con el Observatorio de la Mujer del Ministerio de Sanidad, en el que apuntan la necesidad de reducir la alta tasa de cesáreas innecesarias en España, reivindican que las mujeres de bajo riesgo accedan a partos con mayor libertad de movimientos, respeto de sus tiempos y menos intervenciones de rutina, etc. y remarcan que el parto es un acto fisiológico y normal.

Dicen que España lleva un retraso en estas reivindicaciones de las matronas de unos 20 años respecto a otros países europeos y todavía se viven muchas guerras de poder en los hospitales, pero ya no hay marcha atrás.

La recuperación de las funciones, dignidad-independencia y sabiduría ancestral de las matronas es un hecho lento, pero irreversible y necesario en un mundo mejor.

“Yo sugiero que hagamos el mundo para las generaciones futuras protegiendo el principio básico de las comadronas que creen que el cuerpo de las mujeres ha sido maravillosamente creado para realizar el acto de dar a luz y que enseñemos a las mujeres (y al público en general) cómo el parto institucional tiende a socavar la confianza de las mujeres en sus propias capacidades. Esta será una gran tarea, pero yo creo que es realizable.
Ina May Gaskin


domingo, 16 de mayo de 2010

Celebración de la Semana Mundial por un parto respetado


Si hay algo que toca de lleno a una mujer es su encuentro con la maternidad. Por muchos deseos de igualdad que alberguemos el embarazo y el parto son reino exclusivo de las mujeres. Al Universo demos gracias por este Don de la Creación que nos ha concedido.
Elegidas hemos sido para, a través de nuestro cuerpo, manifestar la vida en la tierra. En nuestras entrañas gestamos, ni más ni menos, que otro ser humano, al que tras nueve lunas ayudamos a pasar a este plano.
Sin duda ¡el parto es nuestro! Y es un momento poderoso donde los haya. Hemos sido bendecidas.

¿Pero realmente la mujeres sentimos este poder cuando parimos? ¿Disfrutamos de la fuerza salvaje y natural que inunda nuestro cuerpo, semejante a un volcán en erupción, para dar la vida a nuestro/a hijo/a?
¿O quizás, estos procesos naturales, embarazo y parto, se han convertido en una cuestión médica, económica y de poder?
Demedicalizar el nacimiento es una aventura apasionante que sin duda compensaría con creces la pérdida de poder que supone bajarse del pedestal. España tiene una posición muy medicalizada del parto y del nacimiento pero y en Baza ¿cómo parimos, cómo nacemos? ¿qué supone nacer/parir como lo hacemos?
De esto vamos a tratar en la jornada del domingo 23 de mayo en el Salón de Actos de la Casa de la Cultura de Baza, a las 12’00h. Con la colaboración de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía y el Hospital de Baza, del 16 al 23 de mayo celebramos LA SEMANA MUNDIAL POR UN PARTO RESPETADO. La iniciativa de esta celebración nació en Francia durante el año 2004, promovida por la AFAR (Alianza Francesa por el Nacimiento Respetado). El lema que se propone este año es: “Nacimiento traumático, cómo evitarlo. Nacimiento placentero, cómo lograrlo.” Diferentes organizaciones del país y del mundo ofrecerán charlas, debates y talleres abiertos a profesionales y a toda la comunidad.
Algo se mueve, es indudable, pero es importante no perder de vista cual es el objetivo final, que es brindar a las mujeres y a sus bebés una atención absolutamente respetuosa con su dignidad y su derecho a la libertad de elección, con su naturaleza y fisiología, con los aspectos emocionales del nacimiento y con el vínculo que une a madre y bebé.
Así, la Asociación de Mujeres AMUDIMA junto con su Grupo de Apoyo a la Lactancia Materna, LUNA DE LECHE, os invitamos a participar en esta actividad para celebrar juntos y juntas esta semana en nuestra localidad.
Indudablemente hay mucho camino por delante, mucha labor de desaprendizaje y reaprendizaje, muchos pasos intermedios. El derecho a un nacimiento suave, a una acogida cálida y amorosa, la necesidad de no romper el vínculo madre-bebé creado durante la gestación, son algo más que una cuestión sentimental.
“SI CAMBIAS LA FORMA DE NACER, CAMBIARÁS EL MUNDO” Michel Odent (obstetra francés)
http://www.tuencuentroconlamaternidad.blogspot.com/

jueves, 13 de mayo de 2010

¿Hay que cambiar el parto?

Dar a luz tumbada es más doloroso que hacerlo de pie. La Junta de Andalucía ya permite elegir a sus embarazadas esta postura. Pero, ¿qué opina el resto? Por gala mora.

1. Iniciativa andaluza. La Junta de esta Comunidad Autónoma acaba de presentar el Plan de Parto y Nacimiento, mediante el cual todas sus maternidades ofrecerán la opción de dar a luz en posición vertical, así como la posibilidad de dejar constancia sobre tratamiento y manejo del dolor. Con ello se proponen informar, facilitar, proponer y respetar la experiencia natural del parto.

2. La realidad. El Informe de Atención al Parto Normal en el Sistema Nacional de Salud es claro al respecto: La posición habitual durante el periodo expulsivo es el decúbito dorsal (tumbada), por preferencia del personal sanitario. Mª Casilda Velasco, Matrona Asesora de la Federación de Asociaciones de Matronas (FAME) asegura que ahora sabemos que así no se facilita el pujo de la mujer.

3. Intervenciones de más. En España se realizan más episiotomías (incisión quirúrgica en el perineo durante el periodo expulsivo) de las aconsejables, hasta en el 73% de los partos, según la comunidad autónoma. Esta tendencia también existe en las cesáreas donde sufrimos un retraso en la implantación de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud de 20 años, afirman desde la asociación El parto es nuestro. De hecho, en los centros privados, el 33% de los niños nacen por cesárea.

4. Por provincias. La estadística de cesáreas practicadas en territorio español arroja una media en torno a un 25%, es decir, una de cada cuatro mujeres da a luz por cesárea. Por Comunidades Autónomas, País Vasco es la que menos realiza de media, con un 15%, y Cantabria la que más, con un 33%. Por ciudades, Santander y Puertollano se mueven en torno a un 40%.

5. ¿Se respetan los derechos? Cada vez son más las embarazadas que demandan dignidad, intimidad, información y poder de elección. En mi centro, las pacientes paren en la posición que quieren. Creo que se debe informar debidamente a las embarazadas, pero dejando un margen de actuación al profesional, dice Patricia Carro, ginecóloga del Hospital Infanta Elena de Madrid.

6. ¿Por qué tantas reticencias? Algunos facultativos se resisten a poner en práctica otra forma de dar a luz, quizá porque no han comprobado lo beneficioso que puede resultar para algunas pacientes cambiar la postura. Y eso que la posición vertical, aunque sea la manera fisiológica de parir, no siempre es la más adecuada; por ejemplo en cuadrupedia (a cuatro patas) se tienen todas las ventajas de la posición vertical, pero se disminuyen el número de desgarro perineales, asegura la doctora Carro. Por la formación que recibíamos, pensábamos que lo que hacíamos era lo mejor, concluye Casilda Velasco. n

La firma invitada

Por Mª Jesús Montero(Consejera de Salud de la Junta de Andalucía)

Disfrutar del parto
De la misma manera que la mujer planifica todo lo que va a acontecer tras el nacimiento de un niño, ¿no sería fantástico que se involucrara en el momento del alumbramiento?

Estamos hablando de una de las experiencias más intensas de su vida; y supone, sin lugar a dudas, un acontecimiento irrepetible y único. En los sistemas sanitarios hemos transitado hasta convertir el alumbramiento en un acto médico con excesiva intervención profesional y tenemos que volver la mirada para que la madre, la pareja, la familia, asuma el protagonismo.

Los hombres y mujeres que deciden formar una familia tienen la oportunidad de vivir todo el embarazo participando en cada etapa. La llegada al mundo de un pequeño supone un cambio que se vive con ilusión y quienes están en esta situación pueden atender al desarrollo del feto, planificar los cambios domésticos, decidir dónde va a dormir y preparar sus enseres.

Queremos que las mujeres vivan con esa misma ilusión el momento del alumbramiento y, por ello, estamos trabajando para humanizar el parto, por convertirlo en una situación especial en la que la madre, el padre, la familia, tienen mucho que decir.

Nos gustaría que las embarazadas tengan planificado cómo quieren afrontar este momento.

Pueden elegir si parir en posición horizontal o vertical, si quieren pasar la dilatación en una bañera, con los beneficios relajantes del agua, si desean evitar algunos procedimientos o si prefieres hacer uso de la epidural, sin renunciar a la seguridad de la paciente.

viernes, 7 de mayo de 2010

los 100 lenguajes de los niños

aquí os dejamos una interesantísima reflexión sobre el lenguaje de l@s niñ@s, con la esperanza de que cada día adquiramos una forma nueva y más saludable de comunicarnos con ellos y respetar-les-nos las emociones



jueves, 6 de mayo de 2010

¿y por qué parir en casa?



por Jesusa Ricoy. http://jesusaricoy.blogspot.com

Quizá la respuesta la encontrarán si se imaginan una fiesta de cumpleaños infantil en un hospital, o el aniversario de bodas de los abuelos en un quirófano. El que ve y entiende el parto como una celebración no lo puede meter en un hospital, si nos queda algún resquicio de percepción del parto como patología entonces sí argumentaremos que el hospital es conveniente.

Tiene sentido porque como digo es una celebración, familiar e íntima, es un evento que marcará varias vidas y traerá anécdotas y quizá hasta deje una mancha en una alfombra que llegue a ser parte de un álbum familiar hecho de aciertos, errores y otras aventuras.
Porque cuando la mujer tiene contracciones y se la deja en paz y no se le ha metido el miedo en el cuerpo culturalmente de la patología del parto, la mujer quiere estar en su casa, en su ambiente, con sus olores, y no doblarse para meterse en un taxi rodeada de estrés de gente que no entiende lo que le está pasando y aguantar así sin moverse hasta que llegue al hospital.
No entiendo como nos hemos metido en una cultura del nacimiento en la que una mujer de parto recibe instrucciones en lugar de darlas ella. En su casa, ella y su marido deciden, los invitados son los profesionales y su comportamiento por lo tanto muy distinto.
El parto en casa debería estar financiado por la seguridad social en España como lo está en el Reino Unido o en Holanda, por ejemplo. Las camas de hospital así como sus profesionales son necesarios para muchas otros casos, el parto en casa además ahorra dinero. Las mujeres deben ser informadas y respaldadas en sus opciones. Sabemos más que de sobra que el parto en casa es tan seguro como el hospitalario, siempre y cuando no haya problemas durante el embarazo.
El parto se sacó de las casas y al hacerlo, se medicalizó también a las comadronas.

Si creemos que el origen de la vida es patológico estamos construyendo una sociedad que se cree enferma, que no confía. La confianza está en peligro de extinción. La falta de confianza en nuestros cuerpos para parir, para amamantar, para educar y para ser felices, es realmente preocupante.

Si creemos en el origen de la vida como celebración entonces la vida es una fiesta, el origen de uno no es como si viniera de fábrica, sino un hecho excepcional con sus vicisitudes y anécdotas, y entonces uno se siente respetado y celebrado, y así ya se puede intentar vivir para estar a la altura de esta celebración.


Pero cuando hoy pregunto a la gente de mi generación, cómo fue tu nacimiento, es sorprendente el número de personas que no sabe absolutamente nada de su nacimiento. ¡Para estos seres su origen, el principio de sus vidas, ha sido de alguna manera declarado irrelevante!

Que el parto vuelva a las casas y con él las comadronas. Que el parto sea de las mujeres, de sus familias y de sus hogares. Qué la vida sea celebración y que tengamos la suerte de que alguien se acuerde de recordárnoslo.

lunes, 3 de mayo de 2010

Adultos infantilizados por los mandatos familiares

Todos hemos sido criados inmersos en culturas, familias, comunidades o grupos que han funcionado bajo un conjunto de supuestos morales, intelectuales o religiosos que dieron marco a una determinada forma de vivir. ¿Cómo saber si esas maneras de concebir la vida, de pensar o amar, enseñadas o impuestas cuando fuimos niños, han sido saludables para nosotros? Hay una única manera de saberlo: preguntándonos si nos producían placer, felicidad o armonía interior. ¡Parece una broma! Obviamente el nivel de represión, autoritarismo, mentiras, amenazas o soledad por las que hemos atravesado nuestras infancias, no tenían nada de placentero. Los niños las adoptamos para convertirnos en miembros de ese grupo. Y además porque no teníamos otra opción. Los mandatos pueden tener su base en el miedo, la moral sexual, el ateísmo a ultranza, la codicia, el sometimiento, el “hay que sacrificarse”, o cualquier otro sistema de creencias que dentro de un contexto determinado, aseguren la supervivencia al conjunto.

Ahora bien, si hoy -disfrazados de adultos- defendemos por fuera de nuestro equilibrio personal, eso que fue nombrado como “necesario” en nuestras familias, significa que hemos quedado congelados en una vivencia infantil donde aquello que nos imponían, tanto a nivel afectivo como moral, era intocable. Imposible disentir. En aquel entonces no pudimos obtener una mirada abierta de ningún adulto dispuesto a ayudarnos a descubrir quiénes éramos nosotros. Por el contrario, alguien nombraba cómo debíamos ser. Luego, hemos vivido nuestra vida tratando de ser “eso” que nos habían dicho que debíamos ser o sentir o pensar o desear. Por una única razón: con el fin de sentirnos aceptados y amados.

Sin embargo, ese conjunto de creencias o mandatos que posiblemente ya no tengan ningún sentido íntimo para nosotros ni conserven la más mínima conexión con nuestro ser esencial desconocido, gana. Nacen nuestros hijos y resulta más poderoso un mandato obsoleto grabado a fuego en nuestro corazón herido que el llanto cristalino de un recién nacido. Atendemos más las frases vacías cargadas de prejuicios antiguos nombrados por un miembro familiar, que la contundente certeza de que nuestros hijos nos reclaman. Si estamos preguntando a diestra y siniestra qué es lo correcto y qué tenemos que hacer con ese hijo que salió de nuestras entrañas o que hemos ayudado a engendrar...entonces definitivamente, hemos decidido permanecer cobijados por los mandatos ajenos, en lugar de convertirnos en adultos responsables y libres.

Laura Gutman