miércoles, 30 de marzo de 2011

En el útero II

fuente: AMAMADOULA
Existen estudios que no han podido ser demostrados porque no existen fórmulas matemáticas para ellos, o porque no pueden ser realizados en laboratorios. Son resultados basados en la observación.

Sabemos que cada célula contiene una información y que ésta se comunica con otras células. Así en el momento de la fecundación todas las células van a compatir la información almacenada y de ahí va a surgir el cuerpo del bebé.

Cuando un hombre y una mujer se unen sexualmente, tienen unos sentimientos, unas emociones distintos según sea el momento y la circunstancia. Desarrollan una energía que hace que todas sus células vibren, incluso las que se unirán dando inicio al huevo fecundado.

Esto es fácil de entender. Supongamos a una pareja enamorada que tras haber pasado unos momentos de agradable intimidad (una buena cena, música, relax…) realiza el acto sexual desde lo más profundo de su Amor, con consciencia de lo que están viviendo. Y por otro lado, imaginemos una pareja que tras una fuerte discusión, tras palabras acusatorias, puede que bajo los efectos del alcohol o cualquier estupefaciente, incluso tras haber llegado a la violencia física… intentan solucionar “sus problemas” realizando el acto sexual… En ambos caso puede producirse una fecundación, pero las vibraciones que le llegan a ese ser no serán para nada las mismas. Y lo que transmitan sus padres durante la formación del cigoto, es lo que quedará grabado en sus células iniciales…

El material genético que aportan ambos padres debe ser cuidadosamente “preparado” y no sólo a nivel físico, cuidando la salud del cuerpo. Una vez producida la fecundación, será la madre quien durante los nueve meses tenga un papel de mayor importancia al ser la portadora. Será relevante lo que ella viva, lo que ella sienta teniendo en cuenta la interrelación de información entre las células del bebé en formación y de la madre como gestante, como portadora. Es algo tan importante como que ella puede potenciar o disminuir los elementos positivos o negativos del capital genético de ambos, del padre y de la madre.

Bruce Lipton, nos habla de la biología de la mente. Sus estudios en torno a los aspectos de la biología y del ADN muestran revelaciones en torno a cómo encaja los principios espirituales con la medicina mente-cuerpo. Sus conferencias van dirigidas a los profesionales de la medicina convencional y complementaria y es considerado en la nueva biología como una de las voces más importantes.

El profesor Nathanielsz, centra su interés en saber como se desarrolla el feto. Su equipo de investigación demostró instrumentalmente que las señales para que el parto comience provienen del cerebro del feto. Sus investigaciones han demostrado que un ambiente intrauterino pobre predispone a la obesidad y a la diabetes, y que esta predisposición se transmite de hijas a nietas por varias generaciones. Su trabajo despertó mucho interés y fue presentado a varios centros de investigación reconocidos por éstas investigaciones. Su principal interés se basa en la salud de la madre, el trabajo de parto, el nacimiento prematuro y todo lo que ocurre durante la gestación que influirá directamente, en la salud física y emocional en el transcurso de la vida.

Hace aproximadamente 40 años, Robert St. John observó que a partir del momento de la concepción, el zigoto (célula resultante de la fusión óvulo-espermatozoide) crecía en dirección longitudinal (céfalo-caudal) y estableció así su correspondencia con la columna vertebral. Comprobó que todos los acontecimientos producidos a lo largo de la gestación, quedaban registrados en la misma y que trabajando las zonas reflejas, correspondientes a la columna vertebral, se producía un desbloqueo que beneficiaba a los pacientes con problemas de tipo emocional. Se da por sentado, que cualquier estímulo exterior durante el embarazo puede afectar al feto de forma física o psíquica. Por ejemplo: un temor consciente o inconsciente, un estado de ansiedad de la madre, puede producir posteriormente una serie de disfunciones en el niño, estableciéndose patrones de conducta que pueden persistir durante toda la vida.

Otros autores y desde otro punto de vista, también han realizado sus estudios en torno a la forma de nacer. Sondra Ray ha centrado los suyos en demostrar de qué forma afecta el nacimiento en el carácter y la personalidad del nuevo ser. En estos hallazgos ha basado sus terapias.

Todos los estudios citados anteriormente están a disposición de quien sienta la necesidad de bucear en su propia historia, en su vida y en el por qué de algunas cosas, en las cuestiones que no se llegan a comprender, en las situaciones que surgen de la necesidad, desazón o curiosidad.

Si entendemos y aceptamos que cada ser es único desde el mismo momento de la concepción, aprenderemos a respetar las inquietudes de los otros. Existen terapias para averiguar y poder solucionar lo que a cada persona, individualmente, le cause mal-estar incluso enfermedad.

Creo que lo primero es tomar consciencia de lo que uno mismo necesita y con las herramientas necesarias, intentar solucionarlo.
Porque al fin y al cabo, creo que cada cual es responsable de lo que sucede en su vida. Con consciencia o sin ella, pero lo es.


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